Por: Cris Cosio Mx
Cancún Q. Roo a 22 de Noviembre 2016, El pasado 12 de noviembre del 2016 Molotov llegó al Caribe con su “Chinga Tour Madre” festejando 20 años de trayectoria en el Centro de Espectáculos Nichupté, en la Región 512 donde aproximadamente 7500 mil espectadores pudieron gritar al ritmo de “Eres un parásito”, “Frijolero”, entre muchas otras canciones culminando como ya es la costumbre con su famoso “Puto”.
La llegada:
Siempre la “Primera Vez” se espera con mucha ilusión y expectativa ya que no sabes que tan buena o mala será, en esta ocasión mi primera vez como parte de la logística de prensa de un evento me llegó con mucha emoción.
Son las diez de la mañana, el escenario ya está montado casi al 100% y yo estoy lista para apoyar en todo lo que se me pida y disfrutar al máximo la oportunidad que FM Cancún Multimedios me había dado.
Me emociona muchísimo llegar desde temprano y ver cómo el mundo de cajas negras que sacan de los camiones para la gira se convierten en un gran escenario.
Las luces, estructuras, cables, equipos, instrumentos, atriles, telas negras, además de esos chicos fuertes cargando y moviendo el equipo crean la magia necesaria para que las bandas locales “Super B”, “KillRoy”, “El Clan” y por supuesto «Molotov» se sientan en casa y dejen todo en el escenario haciendo vibrar el pavimento con la energía de sus fans.
Tres horas después, aunque comenzaba a morirme de calor, estaba decidida a conocer y aprender todo lo que pudiera sobre cómo se produce un evento musical masivo; mi pasión y, para mi buena suerte de una de las bandas ícono de mi país México: Molotov.
Apenas hora y media después entra gente, entran y siguen entrando autos de lujo, camionetas y la seguridad privada del evento escoltando a más autos, sin saberlo yo me encontraba en el área clave del evento: ¡El cuarto de las chelas!, bueno y también el área donde se cierran los últimos detalles del concierto, se reparte la logística final y el itinerario a seguir para que todo salga lo mejor posible.
Posteriormente de la llegada de los empresarios, promotores, jefes de seguridad, bandas invitadas y los proveedores más importantes de la noche, las puertas se cerraron y a partir de ese momento sólo podría accesar la gente que fuera requerida debidamente acreditada.
Para este punto ya comienzo a sentirme parte de la organización, me dieron mi brazalete “ALL ACCES”, mi gafete de “Producción” y mientras escuchaba el excelente Soundcheck, que más que “probar el audio y el equipo” los técnicos estaban tocando y el vocalista cantaba algo así “Este es el Crew de California, las desmañanadas nos dan mucha huevototota…” con una voz aguardientosa muy sensual amenizando el ambiente.
Mientras me entregaban la lista de Prensa que previamente se me asignó filtrar un mes antes del evento, recibiendo testigos y poniéndome en contacto con los más de 100 medios y reporteros que llegaron a la conferencia previa al evento, ¿o creyeron que pase gratis como prensa por mi linda sonrisa?, pues siento desilusionarnos pero no fue así, uno realmente no sabe todo el trabajo que hay detrás de los eventos masivos hasta que se involucra en ellos y los 20 años de Molotov no fueron la excepción.
El Concierto:
Ya como a las 7:30pm después de algunas actividades en el escenario, escuchamos las propuestas 100% cancunenses de “Super B”, “KillRoy” y una propuesta original orgullosamente mexicana por parte de “El Clan”.
Pasadas las 11:00pm en el área de backstage llegaron 3 camionetas tipo vans blancas junto con otras dos negras, ¡MOLOTOV HABÍA LLEGADO!.
Enseguida bajaron a saludar a las personas que estaban en el área V.I.P., pasaron a sus camerinos a prepararse para salir y que el público de Cancún pudiera disfrutarlos después de varias horas de espera ya con la energía acumulada.
Antes de subir, salieron a un área especial para tomarse fotos con sus fans y personalidades importantes responsables de cada detalle del gran evento que se estaba llevando a cabo.
En lo personal también aproveche para tomarme una foto del recuerdo con la Banda, la adrenalina podía sentirse hasta los cielos de la noche estrellada, todos gritaban sus nombres y ellos agradecían el ser recibidos con tanta emoción, poco después regresaron al área anterior para afinar los últimos detalles de su presentación mientras finalizaba la gran actuación de “El Clan”.
Los de Prensa
Aproximadamente una hora después comenzaron a tocar y nosotros “los de prensa” comenzamos con la cacería del mejor lugar para la mejor toma de la mejor fotografía…
Aunque todos son muy educados y saben su trabajo, debo admitir que es una jungla el estar en la barricada (o «Pit», como le dicen mis amigos norteños).
Se necesitan muchas habilidades ya que hay un punto en que ya no sabes si grabar, tomarle una buena foto a la banda completa, una foto individual a alguno de ellos, al público, o transmitir online (en este caso la organización lo permitía).
Eso sin contar la voz interior que te dice “en cualquier momento se podría romper la barricada y yo con mis 153 centímetros de altura sería la primera en caer al suelo y ser pisada…” pero todo eso lo vale, es una experiencia única y aún no me creo que estuve ahí tan cerca de la banda y conociendo a los Managers y mucha gente talentosa que se tomó unos minutos para saludarme, además descubrí que me sabía casi todas las canciones y no tuve problema en corear las letras a todo pulmón.
¡Otra, otra!
He ido a varios conciertos grandes y pequeños, pero hasta este día comprendí la importancia del momento épico en el que la banda se despide y finaliza el concierto.
Molotov se bajó del escenario y dejó a sus fans pidiendo más y más, pero esos 5 o 10 minutos de espera fueron esenciales para que pudieran terminar su concierto teniendo la misma energía con la que comenzaron.
Tomaron agua, se secaron el sudor y hasta me pareció ver a uno corriendo al baño… antes yo pensaba que era para “sentirse especiales”, la realidad es que el estar en el escenario dándolo todo los deja agotados y sólo pude darme cuenta de esto al estar del otro lado de la valla, en el Backstage.
Así terminó el “Chinga Tour Madre” de Molotov en Cancún, pude verlos bajar del escenario doblemente bañados en sudor, sonriendo y con una expresión de satisfacción en su ser, no cabe duda que fue un concierto como ninguno y un recuerdo que me motiva a seguir en los medios y me reafirmó cuál es mi vocación.
NOTA 2020: Esta crónica fué escrita para FM Cancún Multimedios antes de llamarse DNC, y esta experiencia fué fundamental para empezar mi carrera en la Prensa, por siempre les estaré agradecida a ellos y a todos los que día con día confían en mí.
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